Estación de tren


L’estació de Figueres (1924) © Salvador Dalí, Fundació Gala-Salvador Dalí, VEGAP, Girona, 2018

Nuestro viaje por la capital ampurdanesa empieza por donde lo comenzó Federico García Lorca: por la estación del tren. El 28 de octubre de 1877 llegó el primer tren a la estación de Figueres y, a partir de ese momento, se convirtió en un motor fundamental para el desarrollo de la ciudad y de la comarca. La estación fue con frecuencia la puerta de llegada al Ampurdán para millones de viajeros a lo largo de más de 140 años de historia y ha sido, al mismo tiempo, testigo de hechos históricos y sociales de gran transcendencia tan diversos como la Guerra Civil, la llegada del turismo o las migraciones de temporeros que iban a vendimiar al sur de Francia. En la actualidad, a pesar dela existencia dela estación del AVE, sigue siendo un elemento clave para la ciudad. Así lo relata García Lorca en esta carta dirigida a su familia, escrita desde Madrid y fechada a inicios de abril de 1925:


Dalí me invita espléndidamente. He recibido una carta de su padre, notario de Figueras, y de su hermana (una muchacha de esas que ya es volverse loco de guapas) invitándome también, porque a mí me daba vergüenza de presentarme de huésped en su casa. Pero son de una clase de familia distinta a lo general y acostumbrada a vida social, pues esto de invitar gente a su casa se hace en todo el mundo menos en España.