El Museu de l’Empordà recoge una excelente muestra arqueológica y artística desde los tiempos íberos hasta la actualidad. En los años veinte, el museo aún no existía, pero sí parte de la colección actual, que estaba depositada en el Institut Ramon Muntaner, donde estudió Salvador Dalí.
En nuestra ruta es oportuna la visita al Museu de l’Empordà para ver un conjunto de cuadros que retratan los paisajes urbanos y rurales que pudo ver García Lorca en su estancia en el Ampurdán; en este sentido podemos destacar las ilustraciones de Marià Baig, los cuadros de Bonaterra y Llavanera o las creaciones de Juan Núñez, el maestro de Dalí. Especialmente destacan los cuadros de Josep Blanquet, que reproducen la vida cotidiana en el cambio de siglo y que, con su detallismo de base fotográfica, fueron considerados por Dalí precursores del hiperrealismo.
Figueres es una población que siempre me ha gustado. Es una ciudad magnífica para pasar el rato. En mis tiempos, Figueres era una ciudad muy alegre, con grandes cafés. Gente que paseaba, muchos noctámbulos y una vida agradabilísima. Recuerdo la Rambla, que es maravillosa de luz y de suavidad […] En el invierno, si sopla la tramontana, los grandes plátanos de la Rambla emiten un sonido grave, de órgano convencional. Las noches tenían una dulzura tan mirífica, el aire era tan suave que no se encontraba nunca el momento para acostarse.